viernes, 30 de diciembre de 2016

POR FIN UN ARTÍ CULO SE RIÓ

Internet fue el revolcón de cama después de un mañanero que necesitábamos con relación a la información. La facilidad con la que accedemos a ella es impresionante, casi comparable como destapar una galleta Club Social por la línea marcada. Aun solo clic accedemos a un sin número de páginas que alimentan ávidamente toda nuestra curiosidad con información ágil y de primera mano, 32 años atrás (a un día de mi nacimiento) hubiésemos necesitado días, semanas, meses o incluso años para disponer de esta información. No obstante, no todo es tan bueno como Esperanza Gómez, Esperanza Paredes o Paola Angarita, tanta información hace que no podamos diferenciar de forma asertiva la auténtica información de la que es falsa. Y para la muestra un botón realicé un estudio de investigación con las mejores instituciones en educación, como lo son la Universidad Minuto de Dios, la Tecnológica FITEC, Multitech, El Polo y Cacharrería el Mono prestigiosas entidades a nivel regional, con estudiantes escogidos al por mayor y al detal. Estamos hablando de una investigación, de  un estudio bien hecho, cuyas conclusiones son un llamado de atención sobre esta nueva situación.


A un grupo de jóvenes se les mostro una fotografía del Tino Asprilla diciéndoles que era Nelson Mandela con una información de pie de página sin fuente ni referencias, (este ejercicio es muy parecido a la campaña de desprestigio que adelantó el Centro Democrático en el País) Un 20% aproximadamente llegó a desconfiar de lo que en la fotografía se contaba. Incluso, más preocupante es que un 40% no sólo se lo creyó, sino que además lo consideraba una prueba sólida, tan sólida como lo que se le escapa al Tino por fuera de la manga de su pantaloneta. Estudios realizados en el @PortalNet del Parque Principal de Girón con jóvenes entre 12 y 18 años descubrieron que Internet era considerado como una de las principales fuentes para obtener información. Lo más preocupante no era el costo de la cerveza en ese lugar, lo que más causaba preocupación era que muchos de los joven manifestaban no tener la competencia y/o habilidad para evaluar toda la información, por ende lo hacían a criterio propio (sentido común) o por que la información o noticia la veían en diferentes páginas, en especial por redes sociales.    


En conclusión, nos hace falta más lectura crítica de contenidos digitales, analizar la información, contrastarla con otras fuentes, no caer en el error de viralizar si no se está seguro de lo que se quiere compartir o republicar. Es necesario además aprender a leer, la falta de esta habilidad nos hace vulnerables al desprestigio, a la manipulación o al engaño.


Recuerde que estamos en un mundo donde investigar y contrastar información es más fácil que destapar una galleta Club Social por la línea marcada.