Si usted es de los que le
teme a la muerte quizás esta columna desviada le interese, y no me refiero a la
escoliosis que padezco desde temprana edad, me refiero a esta columna
periodística y literaria que se desvía un poco de la vida y nos lleva más allá y
un poco acá de la muerte, a ese lugar del que todos hablan pero ningún mortal conoce.
Solo los que han muerto de verdad como Pacheco, Diomedes Díaz, el Joe Arroyo, Mufasa,
Piccolo Daimaku, Magda Flander, y María Luisa Piraquive tienen la dicha de
conocer y disfrutar del “otro mundo” sin hacer ningún comentario al respecto,
están tan felices que no recuerdan lo que fueron en su anterior vida. No soy un
experto en el tema de la vida o la muerte, pero intento hacer algunos pinitos
en la materia cada vez que me obsesiono con alguna Nutricionista, porque
enamorarse de una de ellas es estar muerto en vida (Diego DuArte no me dejaría mentir)
Existen
actualmente un sin número de teorías, hipótesis, postulados, mitos y leyendas
sobre la muerte, pero todas sin lugar a dudas conspiradoras, dañinas y
mentirosas como el Centro Democrático o como mi Papá con moza.
Repasemos algunas de las
teorías más fuertes que han venido acompañando al ser humano desde que hizo uso
de la razón sin razón y que sostuvo como válida toda aquella teoría que se
adaptaba a sus necesidades o creencias.
Según la Iglesia Católica el
hombre muere y las funerarias hacen fie$ta, su cuerpo se descompone hasta
convertirse en ceniza que luego un sacerdote con párkinson nos untan en la
frente un miércoles de reflexiones de brazo, y su alma reposará en el Lobby del
Purgatorio a la espera de ser llamada a un juicio presidido por la Doctora y
“señorita” Laura Bozzo, ya sea para ser redimida al cielo o condenada al
infierno. Las redimidas vivirán eternamente con el padre creador en el Parque
Salitre Mágico -Diversión Extrema- (esto
último se dice como afónico, casi susurrado) y las condenadas vivirán en
Barrancabermeja o en el desierto del Sahara con Álvaro Uribe Vélez leyendo los
acuerdos de la Habana por los siglos de los siglos, amén. (Muchos de mis amigos prefieren el Sahara por ser más fresco en las
noches, yo personalmente prefiero el Jardín de los Césares… vía al aeropuerto)
Sin lugar a dudas es una de
las teorías más complejas porque necesariamente habría que ahondar en la
existencia del cielo y el infierno y la verdad esos temas son mejor cuando se
tratan de manera superficial ya que desde décadas esas dos palabras “cielo” o
“infierno” han sido el mecanismo de control para dejar de decir tantas
groserías o cometer pilatunas.
Según la Gnosis Primordial el ser humano muere y su alma se separa del cuerpo físico (esta separación se puede hacer en cualquier Notaria en Girón) entonces el alma se casa con el espíritu y las dos viajan a otros planos, a otras dimensiones donde serán castigadas por todos los pecados cometidos en la tierra hasta quedar mediadamente limpios, después se les trasladada a un nuevo cuerpo para continuar sufriendo, y así el ciclo se repite (muerte y reencarnación) hasta llegar a la perfección del alma. Teoría que dífilamente aceptaría por ser tan masoquista, no me imagino reencarnando en otro cuerpo más lánguido y amorfo del que ya tengo.
Otras teorías argumentan que
el cuerpo muere sin trascendencia alguna y el alma y el espíritu desaparecen en
un acto nefasto y funesto digno del Mago Lorgia. Pero en un acto de raciocinio
y lógica cuántica les voy a develar toda la verdad, sin teorías o argumentos
infundados en el miedo, el castigo o en deidades sobrenaturales para manipular
sus creencias o sus decisiones.
La vida del ser humano se
resume en un ciclo de reciclaje del alma y el espíritu, lo único que se renueva
es el cuerpo. Las plantas utilizan un ciclo similar donde sus partes (tallo,
hojas y raíces) después de muertas se convierten en material orgánico que
nutren el suelo, suelo que a su vez aporta los nutrientes necesarios para el
crecimiento de un nuevo retoño, en pocas palabras su esencia se recicla en una
nueva planta. El cuerpo del ser humano cuando muere se fusiona de igual forma
con la tierra (no aplica para los que
sean cremados) Entonces, ¿qué pasa con su alma y espíritu? La respuesta es
muy sencilla. Adopta nuevamente un cuerpo desde su nacimiento, con una nueva
identidad y género sin ningún tipo de sufrimiento durante esta transición. Las
personas momentos antes de morir ya se van preparando para un nuevo nacimiento,
y un nuevo nacimiento anuncia una trágica muerte, cuando alguien muere el alma
y el espíritu se desprenden del cuerpo físico y caminan por un largo y oscuro
túnel con una luz ancha e incandescente al final, mientras lo hacen esa luz se
hace más estrecha y menos luminosa, cuando se acerca más a ella pueden
experimentar ruido, confusión, y perdida de recuerdos anteriores en una especie
de “formatear disco”, se le asigna un
nuevo cuerpo en esa transición y al llegar al final de la luz, asoma la cabeza
un ser pequeño e indefenso por la vagina de una gran mujer que esperaba con
ansias su nuevo bebe. Y es de esta forma que se recicla el alma y el espíritu,
y usted después de muerto vuelve a tener una nueva oportunidad de vida, en otro
cuerpo, en otra parte del mundo con una nueva familia. Algunas personas
realizan regresiones para saber qué persona fueron en su vida anterior. Quizás
usted en este momento tiene el alma de un gran escritor, artista o el espíritu
de un gran aventurero, quizás usted fue un mezquino emperador, una gran y
cariñosa ama de casa o tuvo mi cuerpo y se aprovechó de mí en varias ocasiones.
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