Cuando HoroGo Sonso despertó una mañana después de un sueño
intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en una hermosa mujer de años
consumidos. Sobre su pecho reposaban dos grandes senos cada uno de ellos con
una areola grande y un duro pezón, una cintura angosta y una cadera
pronunciada. En medio de sus delgadas y peludas piernas observó un conducto fibromuscular elástico con dos pliegues en su superficie recubierta de
vellosidad que no dejaba de tocarse con una sola mano en repetidas ocasiones. Extrañaba
su miembro formado por tejido esponjoso y vasos sanguíneos, su órgano copulador,
su falo, glande, glande.
«¿Qué
me ha ocurrido?», pensó.
No era un sueño, porque normalmente
HoroGo no tiene sueños ni aspiraciones en la vida, lo que si podía asegurar era
que esto ya lo había leído antes. Claro: Kafka, Metamorfosis, Gregorio Samsa,
Gregorio Pernia, San Gregorio, Juan Gabriel, ahora todo tiene sentido, puesto
que, días antes había deseado poder entender a una mujer y que mejor forma de
hacerlo que siendo una de ella. Aunque, para su suerte, había dejado de ser una
insignificante cucaracha.
Se incorporó como pudo y se
dirigió al baño a desocupar su vejiga, sentía contracciones leves y no
precisamente era un embarazo. Ya frente a la tasa del retrete sintió una gran
confusión, no sabía si hacerlo de pie o sentarse en esa mugrosa y chorreada
tasa con orines de la noche anterior. Tomo trozos de papel sanitario y los puso
alrededor de la llanta del retrete, se subió, y en sus dos piernas se dobló,
con tan mala suerte que con la presión sus orines en la pared todo quedo.
Quiso entonces barrer,
trapear, lavar, planchar, cocinar, fregar los platos y fregar la vida, lavar baños,
lavar pisos, arreglar el jardín, limpiar el polvo y echarse uno con su marido,
limpiar vidrios, trasnochar, madrugar, vestir a los niños, hacer loncheras, ir
al mercado, preparar desayuno, almuerzo y comida. Le bajo flujo sanguíneo
procedente del útero por las piernas, sintió dolores muy fuertes, lloro por un
instante, entonces se sentó un ratico, se tomó un Calmidol® max y se vio una
novela. Después, vio la necesidad imperiosa de depilarse todo su cuerpo, en
especial las piernas y las axilas, hacerse el bikini al estilo Alf (con el mechón por fuera) se lavó la cara
con un jabón intimo que encontró, se peinó, utilizó una mascarilla de avena y
miel antes de maquillarse, se redujo los cayos del pie con una piedra pómez,
eliminó algunos hongos con Gine-Canestén®, y se
cortó las uñas tan largas como las de un gavilán, en fin, tareas infinitas de
nunca acabar. Aunque, todo esto no era una novedad para él ya que estas cosas
las hace diariamente sin que su mamá o hermana lo vean.
HoroGo Sonso pensó, ser mujer es muy complicado, se
siente un cansancio, una fatiga y un estrés diario, ellas se toman la vida
muy en serio, se adjudican funciones que deberían ser compartidas con su
consorte y compañero de turno. Respeto y admiro a las separadas o casadas, valientes
madres y padres, que hacen todo esto y más con dosis de amor, paciencia y
dedicación, por ellas mismas, o por sus hijos. Quiso entonces
volver a dormir y despertar nuevamente convertido en una insignificante
cucaracha, porque él solo sabe bañarse, orinar y lavarse los dientes en un solo
duchazo y eso le toma no más de 3 minutos .
Dedicado
a:
todas las rubias, castañas, pelirrojas, altas, bajitas, flaquitas, gorditas,
viejitas, niñitas, maduritas, casadas, y viudas. En especial a Franz Kafka,
amigo incondicional e inseparable de mi infancia, a mí a mamá Doña Evelia Gómez
y a mi segunda mamá Esperanza Gómez, perdón Esperanza Paredes. Porque todas son
mis mamis y yo soy su peluche oyó.
Las marcas mencionadas en la anterior columna
vertebral son marcas registradas, igualmente palabras como, vagina, pene, y
menstruación fueron ligeramente definidas para salva guardar la identidad y la
integridad de estos personajes y omitir el impacto negativo en los lectores más
sensibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario