Si un cargo, un puesto o un oficio en una organización en
particular es administrada por una persona incompetente, es decir, poco idónea
para la ejecución de sus funciones, y su rendimiento se pone entre dicho días
antes de su salario, en poco tiempo tendremos tres variables. Primero; obstruye
el progreso de la empresa. Segundo; entorpece los procesos evolutivos de la
humanidad y tercero; tendrá altas probabilidades de ser despedido. Si su
trabajo le roba esa tranquilidad, y sus glúteos le manifiestan incomodidad,
quizás, ese no es su puesto.
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